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Islas Galápagos-Ecuador

Octavio Latorre y su anhelo de vivir eternamente en Galápagos

Octavio Latorre y su anhelo de vivir eternamente en Galápagos Por;@AdrianaMezaV
Describir a Octavio Latorre Tapia, es descubrir un mundo de anécdotas y vivencias en medio de su pasión por la literatura y la investigación histórica. En su visita número 29 a las islas Galápagos, el pasado 27 de octubre tuve la oportunidad en la isla San Cristóbal de conversar con el autor de la “Maldición de La Tortuga”.

Su profundo cariño por la naturaleza y el amor profundo por Galápagos, lo llevó a inspirarse y escribir sobre el hombre en las islas, pues la mayor parte de sus 25 libros que ha escrito hablan sobre la presencia del hombre en el archipiélago, desde “Manuel J. Cobos. Emperador de Galápagos”, incluida su última obra “Cuando San Francisco de Asís visitó Galápagos”.

Su reciente obra es imaginativa e histórica, inspirada tras su visita hace dos años a la Ciudad de Asís, haciendo énfasis al mensaje del Papa “Amemos hermanos la naturaleza”. “y qué región más propicia que Galápagos para amar la naturaleza?, donde los animales viven en una especie de hermandad con el hombre”, opina éste noble escritor e investigador histórico, oriundo de la provincia de Chimborazo.

Su vinculación circunstancial como investigador del Amazonas y luego de La Marina Nacional, en julio de 1968, a sus 38 años de edad fue cuando tuvo la oportunidad de visitar por primera vez las islas Encantadas, fue entonces que al iniciar su investigación, se dio cuenta que había pocas referencias sobre la historia humana, “Se hablaba de las tortugas, de los lobos, los piqueros, pero muy poco del hombre en Galápagos”.

Octavio Latorre Tapia siente orgullo, respeto y gratitud al referirse a la Armada del Ecuador, como la institución a la que sirvió no solo como profesor de historia en la Academia de Guerra Naval en la ciudad de Guayaquil desde 1968 hasta 1982; sino que además se desempeñó como asesor de la Armada desde 1972 a 1984.

Octavio describe al marino militar como un hombre de mucho pensamiento, meditación y melancolía, “eso de pasar tanto tiempo en el mar les hace ver a la Patria de distintas formas. El marino genuinamente marino, es una persona muy, soñadora, introvertida y espiritual”.

“Una cosa que suelo citar en la gran batalla, es el papel del marino, el capitán o el comandante está en el sitio más peligroso y las armas del enemigo están disparando contra el puente de mando, el sitio perfecto donde está el comandante que tiene que dar ejemplo a los demás”

La Marina tiene una gran cantidad de territorio marítimo que cuidar casi cinco veces la extensión del territorio continental, no solo ejercer soberanía, sino el combate a las actividades ilícitas como son el narcotráfico, la pesca ilegal, delincuencia en alta mar, evitar y contralar la contaminación en el mar continental e insular y más allá de las islas,. “Esta no es una guerra de cañones, ésta es una guerra moral y cívica, en la que la Armada del Ecuador tiene una misión constante”.

La travesía que por historia se realizaba a Galápagos duraba hasta tres días y el marino debía alejarse de su familia, soñar y actuar con cierta espiritualidad, por eso me aficioné tanto trabajar con la Marina. Los marinos al venir a Galápagos tienen que comprender que no vienen a un sitio más, no vienen a una Segunda Zona Naval, vienen a custodiar algo sagrado de la Patria y es algo que el mundo está vigilante cómo están conservado Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad”.

Hoy a sus 86 años de vida, Octavio Latorre Tapia, recorre las páginas de su historia en medio del ansiado anhelo de que al término de sus días, sus cenizas sean lanzadas al mar de Galápagos. “Ese es el sueño que uno tiene cuando quiere vivir eternamente con esa naturaleza, a veces he dicho a mis alumnos que son Oficiales de la Marina, yo voy a dejar en el testamento que ustedes tienen que ir a Galápagos y echar mis cenizas al mar. Mi deseo es estar siempre con la naturaleza”. (AdrianaMezaVera- insulargalapagos.blogia.com).

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