Anita Farfán, un reconocimiento a la vida
Por: @AdrianaMezaV
Su larga cabellera plateada recogida en un par de trenzas, su cálida sonrisa y sutileza en su expresión denota la paz alcanzada tras la adversidad de años atrás cuando por cosas del destino llegó junto a su esposo a la parroquia Santa Rosa de la isla Santa Cruz en Galápagos.
Ana Maria Farfán, oriunda de Chunchi, de la provincia del Chimborazo, es reconocida como una de las primeras colonizadoras de ésta zona rural de las islas Galápagos, que aún vive. Llegó muy joven junto a su esposo Segundo Alfredo Chapitel Castillo, un soldado del ejército, proveniente de Carchi.
Recuerda que cuando llegó a Santa Rosa, debían caminar mucho para lograr captar agua de unos acuíferos ocultos entre la abundante vegetación, en esos días de lucha por sobrevivir a la escasez, descubrieron algo de producto para alimentarse, fue entonces cuando se dieron cuenta que estaban en una tierra propicia para el cultivo y se iniciaron en la agricultura.
Anita Farfán es un ejemplo de lucha, de aquellas que se enfrentaron a esos tiempos de antaño donde las mujeres se ingeniaban mil formas para hacerle frente a la vida. Hoy a sus 84 años de edad, recuerda entre suspiros cómo debían en aquella época auto asistirse en cada parto. En medio de ésta tenaz experiencia el saldo de su vida fue 7 hijos vivos y 5 lamentablemente murieron.
Aspectos cómo éstos nos llevan a recordar las vicisitudes que debieron enfrentar nuestras abuelas, más aún en sus momentos de alumbramiento que nos traen a la mente las parteras o comadronas, que en la práctica se fueron haciendo expertas para asistir un momento tan importante para la mujer y para la vida.
Hoy sentada en un rincón de su hogar en la apacible Santa Rosa, recorre aquellos recuerdos abriendo su corazón para la oportunidad de éste dialogo, del que lo más importante es el refugio del silencio y la dicha de poder disfrutar junto a sus hijos y nietos, su mirada se pierde mientras nos muestra un reconocimiento a su extinto esposo hecho por el Gobierno Parroquial de Santa Rosa.
Éste es un homenaje a todos aquellos seres que han logrado sobrevivir a la adversidad, cuya experiencia al final del camino es la sabiduría y gratitud para quienes en medio de todo, le hayan sentido a la vida. (Adriana Meza Vera-insulargalapagos.blogia.com).
Ana Maria Farfán, oriunda de Chunchi, de la provincia del Chimborazo, es reconocida como una de las primeras colonizadoras de ésta zona rural de las islas Galápagos, que aún vive. Llegó muy joven junto a su esposo Segundo Alfredo Chapitel Castillo, un soldado del ejército, proveniente de Carchi.
Recuerda que cuando llegó a Santa Rosa, debían caminar mucho para lograr captar agua de unos acuíferos ocultos entre la abundante vegetación, en esos días de lucha por sobrevivir a la escasez, descubrieron algo de producto para alimentarse, fue entonces cuando se dieron cuenta que estaban en una tierra propicia para el cultivo y se iniciaron en la agricultura.
Anita Farfán es un ejemplo de lucha, de aquellas que se enfrentaron a esos tiempos de antaño donde las mujeres se ingeniaban mil formas para hacerle frente a la vida. Hoy a sus 84 años de edad, recuerda entre suspiros cómo debían en aquella época auto asistirse en cada parto. En medio de ésta tenaz experiencia el saldo de su vida fue 7 hijos vivos y 5 lamentablemente murieron.
Aspectos cómo éstos nos llevan a recordar las vicisitudes que debieron enfrentar nuestras abuelas, más aún en sus momentos de alumbramiento que nos traen a la mente las parteras o comadronas, que en la práctica se fueron haciendo expertas para asistir un momento tan importante para la mujer y para la vida.
Hoy sentada en un rincón de su hogar en la apacible Santa Rosa, recorre aquellos recuerdos abriendo su corazón para la oportunidad de éste dialogo, del que lo más importante es el refugio del silencio y la dicha de poder disfrutar junto a sus hijos y nietos, su mirada se pierde mientras nos muestra un reconocimiento a su extinto esposo hecho por el Gobierno Parroquial de Santa Rosa.
Éste es un homenaje a todos aquellos seres que han logrado sobrevivir a la adversidad, cuya experiencia al final del camino es la sabiduría y gratitud para quienes en medio de todo, le hayan sentido a la vida. (Adriana Meza Vera-insulargalapagos.blogia.com).
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