Don Bacilio el sobador de La Península
Son muchos quienes lo reconocen como un gran sobador, una especie de quiropráctico popular, sin estudios formales, que utiliza la medicina tradicional y promete curar desde torceduras hasta dolores articulares y más dolencias común del estrés.
Deciderio Bacilio Orrala, tiene 75 años de edad, de los cuales lleva 36 años como sobador, una actividad que heredó de su padre y que hoy le sirve para subsistir junto a su familia, tras haberse jubilado del Municipio de Salinas, donde se desempeñó como panteonero del cementerio local durante 30 años.
La medicina ancestral y la energía que irradia al encomendarse al poder divino se dejan sentir a través de sus manos, las respuestas a mis preguntas no lo desenfocan de su misión. Mientras en medio del diálogo expresa con orgulloso su don de curar, lo que considera ha creado confianza suficiente en sus pacientes que eran muchísimos más antes de su convalecencia producto de la diabetes, por lo que le tuvieron que amputar su pierna izquierda hace dos años.
Pero esto no ha sido impedimento para recibir en su hogar ubicado en el barrio San Lorenzo, del Cantón Salinas, provincia de Santa Elena, a quienes acuden en busca de su sapiencia en este oficio ancestral en el que todo lo hace con sus manos, utilizando ungüento, estableciendo puntos claves en cada diagnóstico para determinar el origen de la dolencia.
Deciderio, reconoce la medicina profesional, al tiempo de destacar también la importancia de su labor como una alternativa accesible.(Por: Adriana Meza Vera).
Ver video enlace YouTube 👉 https://youtu.be/EAFyR5zxZq0
#Salinas #SantaElena #Ecuador
Deciderio Bacilio Orrala, tiene 75 años de edad, de los cuales lleva 36 años como sobador, una actividad que heredó de su padre y que hoy le sirve para subsistir junto a su familia, tras haberse jubilado del Municipio de Salinas, donde se desempeñó como panteonero del cementerio local durante 30 años.
La medicina ancestral y la energía que irradia al encomendarse al poder divino se dejan sentir a través de sus manos, las respuestas a mis preguntas no lo desenfocan de su misión. Mientras en medio del diálogo expresa con orgulloso su don de curar, lo que considera ha creado confianza suficiente en sus pacientes que eran muchísimos más antes de su convalecencia producto de la diabetes, por lo que le tuvieron que amputar su pierna izquierda hace dos años.
Pero esto no ha sido impedimento para recibir en su hogar ubicado en el barrio San Lorenzo, del Cantón Salinas, provincia de Santa Elena, a quienes acuden en busca de su sapiencia en este oficio ancestral en el que todo lo hace con sus manos, utilizando ungüento, estableciendo puntos claves en cada diagnóstico para determinar el origen de la dolencia.
Deciderio, reconoce la medicina profesional, al tiempo de destacar también la importancia de su labor como una alternativa accesible.(Por: Adriana Meza Vera).
Ver video enlace YouTube 👉 https://youtu.be/EAFyR5zxZq0
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