Francisco y la fecunda fé de los ecuatorianos
Por: Adriana Meza Vera Twitter: @AdrianaMezaV
La presencia del Papa Francisco al Ecuador se constituye en un hecho histórico para el país. Recordar tras mas de tres décadas la última llegada del Papa Juan Pablo II que causó gran conmoción al besar el suelo patrio quedando impregnado aquel recuerdo del llanto de los abuelos al considerar la presencia del máximo representante de la iglesia católica.
Hoy la historia se repite para experiencia de una nueva generación con la diferencia de que existe un Papa latino, cuyo mensaje se resume en la oración por la familia. Un aspecto que trasciende en un concepto de integridad como núcleo de la sociedad, pero que en los actuales momentos que vive el Ecuador, debería ser el mensaje oportuno de conciliación de nuestro país como un territorio de unidad, de paz, donde la solidaridad, unidad, equidad, el respeto, el amor, no solo sea un discurso sino una práctica desde lo personal en concordancia con el primer mandamiento divino de "AMAD A TU PROJIMO COMO A TI MISMO".
Esta demostrado que la presencia de Francisco en el Ecuador, ratifica la fe arraigada de los ecuatorianos, al margen de todo criterio excéptico, es esa fe que prevalece y mantiene viva esa llama de esperanza en cada corazón ecuatoriano. Que gran diferencia la energía dispersa a nivel nacional estos días de visita Papal como hijos bien comportados en medio de un ambiente de divinidad, ojala esta corriente de energía perdure y esa sea la "señal" para que fluya el diálogo en nuestro país.
Aleluya!. Reconforta los corazones para quienes tuvimos la oportunidad de seguir la presencia del Papa tanto en Quito y en Guayaquil, gracias a ese grandioso trabajo de cobertura periodística, poder observar todo un conglomerado humano compartiendo en un solo corazón, unidos por la fe, sin mirar condiciones sociales, sin diferencias políticas, sin mirar razas, etc.
El mensaje del Papa fue mucho mas allá del amor fecundo, tocó fondo en el corazón de cada ser humano en nuestros defectos y virtudes, pero sobretodo destacó el especial poder de la oración a nuestras necesidades personales y del gozo de vivir en familia, tenemos que arriesgarnos al amor. "El mejor de los vinos esta por venir". Aleluya Amén!.
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