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Religión y política: Dos aspectos que no deberían ser impuestos ni condicionados

Religión y política: Dos aspectos que no deberían ser impuestos ni condicionados
@AdrianaMezaV 
Dos aspectos en la vida del hombre que jamás deberían ser impuestos y condicionados: Su ideología religiosa y su ideología partidista. La primera está vinculada a su esencia humana y la segunda es consecuente de aquella, de su experiencia y viviencia como ciudadano..La diferencia está en su decisión de libre albedrío para identificarse con aquellos principios que marcan su espíritu en su accionar como ser humano y como ente de la sociedad.

Las tendencias pueden polarizarse o ajustarse al acomodo de los intereses del individuo como tal que se evidencia en los llamados "camisetazos", los de derecha vestidos de izquierda o viceversa, también están los híbridos pintados de todos los colores. De allí mi tesis que más que un asunto de tendencias, el accionar del hombre es un tema de conciencia.

En medio de.todo aquello está la decisión más importante en manos de quienes tienen la potestad de escoger a sus mandantes para saber discernir  con libertad a su mas digno representante. Éste puede resultar una aspecto complejo que nos puede llevar a una decisión acertada o a una decisión errada, solo el tiempo y las acciones nos dará la razón,  conforme el accionar, esfera y entorno de aquel personaje que lo idealizamos como la mejor opción.

Si el accionar de aquel personaje ha sido calificado como el mejor, es lógica la conformidad colectiva de.manera integral, pero si hay aspectos que pueden ser vinculantes y que afecten no solo a su imagen y su entorno, sino que ademas genere el malestar y decepción del colectivo de apoyo que lo escogió para cumplir una gran misión, entonces se puede generar lo que se podría denominar una apatía colectiva, que podría generar una fragmentación  de la sociedad.

Todo como parte natural de la fuerza de gravedad parece tener sustento en el peso del accionar del hombre como tal, que puede surgir o hundirse en el fango. Todo parece apuntar a la oportunidad provista al hombre de poder enmendar sus errores, pues al final nadie es infalible en la vida, lo más importante es volver a un verdadero estado de conciencia que permita claramente discernir entre el bien y el mal, que no precisamente puede estar dentro de si, sino alrededor destruyendo su aura político.

Quizás no es propicio  hablar de religión y política a la vez, pero no dejan de ser dos aspectos importantes que marcan la vida del hombre como ente político, pero que a su vez también identifican la condición del colectivo ciudadano en la diversificación de ideas, cuya decisión al igual que la religión jamas deberían ser impuestas, ni mucho menos condicionadas.
 
Gracias a Dios se puede aprender amar el accionar de la política como principio de servicio a la humanidad, pero también gracias a Dios y el accionar del hombre se puede aprender a no confiar en los políticos!.

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